El autónomo económicamente dependiente, también conocido como TRADE, es una de las figuras a las que, como autónomo, puedes llegar a enfrentarte algún día. Por si no sabes qué es un TRADE, te lo explicamos rápidamente.
Un autónomo económicamente dependiente es aquel que depende de una sola empresa, ya que esta proporciona el 75 % de los ingresos mensuales al autónomo. Pues bien, es posible que a lo largo de tu carrera como autónomo te encuentres la posibilidad de convertirte en un TRADE. Ante esta situación, lo lógico es que te preguntes si realmente te conviene o no tener este trato. Vamos a analizar los pros y los contras de esta figura para que sepas a qué atenerte en todo momento.
Ventajas de ser un autónomo económicamente dependiente
Empezaremos por analizar los pros que esta figura lleva implícitos:
La primera, y la más conocida por todo el mundo, está íntimamente relacionada con motivos económicos. Que una empresa se encargue de ingresarte mensualmente el 75 % del salario que percibes es tranquilizador en cuanto a estabilidad económica.
Al ser un autónomo económicamente dependiente, mantienes las ventajas de ser autónomo: libertad horaria, ser tu propio jefe, llevar el negocio a tu manera…
Además de las ventajas de ser autónomo, obtienes también las ventajas de depender de una empresa. Nos explicamos: al ser autónomo económicamente dependiente, la empresa tiene la obligación de firmar contigo un contrato. En dicho contrato debe especificarse la duración de este, la percepción económica que vas a percibir por los trabajos desarrollados, y debe citarse expresamente la condición de que eres un autónomo económicamente dependiente. Con esto te proteges frente a posibles despidos improcedentes o ejecutados antes de la finalización de contrato ya que, de ocurrir así, tendrías derecho a una indemnización.
Otra de las ventajas es que puedes trabajar con cuantas empresas quieras. Un contrato de autónomo económicamente dependiente solo estipula como requisito el que una misma empresa aporte el 75 % de los ingresos como mínimo, con lo que el 25 % restante puedes conseguirlo de cuantas empresas quieras.
Tienes derecho a disfrutar de unas vacaciones de, por lo menos, 18 días hábiles al año.
El permiso de maternidad no depende del tiempo mínimo de cotización exigido en otros casos.
Inconvenientes de un autónomo económicamente dependiente
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Con esto queremos decir que no solo existen ventajas en esta figura laboral. Para poder hacerte una idea completa de si te conviene o no ser un TRADE, también necesitas conocer sus inconvenientes:
El primero, al igual que en las ventajas, está estrechamente unido al tema económico. Recibir el 75 % de los ingresos de una sola empresa es un arma de doble filo ya que, en el caso de que la empresa cierre, perderías la mayor parte de tus ingresos.
Al firmar este tipo de contrato, renuncias a tener trabajadores a tu cargo o a subcontratar parte del trabajo, con lo que eso puede limitarte a la hora de hacer crecer tu negocio.
Si bien es cierto que tienes derecho a vacaciones, estas no son remuneradas.
Las cuotas a la Seguridad Social y las declaraciones de IVA e IRPF corren por cuenta del autónomo y no de la empresa contratante, con lo que esto puede suponer en gastos extras de asesoría.
En cuanto a contar con una infraestructura propia, tal como local u oficinas, el contrato es claro: no se puede, por lo que tendrás que trabajar desde tu casa o bien desde la oficina del cliente principal si llegáis a ese acuerdo.