Según aparece recogido en el Marco Conceptual, el fondo de comercio hace referencia a todos los activos, bienes, derechos y otros recursos que se encuentran controlados económicamente por la empresa, y que son el resultado de sucesos pasados, con el objetivo de obtener beneficios o rendimientos económicos en el futuro.
Una de las principales dificultades a las que se enfrenta la empresa a la hora de valorar el fondo de comercio es la intangibilidad de los activos que lo componen. Todos estos elementos intangibles, que no pueden ser valorados de manera individual, son los que aportan un determinado valor al fondo de comercio. Algunos de los más destacados son la tecnología que emplea la empresa, su cartera de clientes, los contratos establecidos con el personal y los proveedores, la contabilidad y los procesos de control de los datos y las licencias, entre otros.
Por tanto, es importante tener en cuenta el valor real de un
negocio, sobre todo, de cara a la realización de una compraventa de una sociedad. Por ejemplo, es proceso es totalmente necesario cuando se desea traspasar un negocio y ambas partes necesitan dejar cerrados todos los detalles del acuerdo. Para realizar la valoración de un negocio, existen diferentes métodos, que podrás elegir en función de las necesidades y características concretas de tu empresa. Además, existen algunos que se pueden aplicar de forma individual obteniendo unos buenos resultados y otros que, incluso, se pueden combinar, extrayendo los apartados más interesantes y destacados de cada uno de ellos.
En primer lugar, uno de los más importantes es el
método de capitalización de futuros ingresos. A través de él, se busca obtener el valor real del fondo de comercio mediante los ingresos netos que genera el negocio. La forma más sencilla de calcular esta cifra es la siguiente:
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- Establecer la media de ingresos netos anuales que se producen en la empresa. De esa cifra total, tendrás que descontar todos los gastos y los costes de operación que se han generado en este periodo.
- Posteriormente, tendrás que calcular una tasa de descuento óptima, que sea de carácter estable según la situación del mercado, y minimizando, en la medida de lo posible, el riesgo de la inversión.
- Luego, aplica esa tasa sobre los ingresos netos anuales y obtendrás un valor que hace referencia a los ingresos futuros. De esta manera, obtendrás una cifra con la que poder valorar el fondo de comercio de tu negocio.
Por otro lado, esta no es la única vía que te permitirá saber realmente cuánto vale el fondo de comercio de tu empresa. Te aconsejamos también que pruebes las ventajas de aplicar el
método de valuación de activos. La operación es muy simple, tan solo tendrás que sumar todos los activos de tu empresa, y del resultado total que obtengas, restar todos los pasivos. Con este dato, podrás saber la cantidad de dinero que podrías recuperar, en el caso de que, tu negocio o idea empresarial no consiga salir adelante, teniendo que vender los bienes que ya hayas adquirido para su puesta en marcha.
Otras alternativas para determinar el valor del fondo de comercio
Pero estos útiles y sencillos procesos no acaban aquí, sino que existen otras vías que puedes tener en cuenta. Por ejemplo, el
método de recuperación o multiplicación de ingresos, que consiste en saber exactamente el tiempo en que un comprador de tu negocio tardará en recuperar la inversión que ha realizado tras la compra o adquisición de alguno de tus bienes o servicios. Para obtenerlo, tendrás que saber cuáles son los ingresos netos mensuales de tu negocio y luego, multiplicarlos por el periodo de recuperación esperado del capital que se ha invertido. Esta cifra será variable dependiendo de diversos factores, como por ejemplo, las licencias de funcionamiento de tu local u oficina.
Por último, también debes conocer el
método de comparación con el mercado, ya que te permitirá controla la situación de tu empresa, ante sustanciales variaciones o cambios que se produzcan en los parqués financieros. Sin embargo, no te aventures a tomar decisiones precipitadas, debido a que los riesgos de valorar erróneamente tu empresa pueden ser muy perjudiciales para la continuidad de la misma en un periodo de tiempo futuro.