La financiación alternativa en una forma de financiar un negocio (o complementar su financiación) sin tener que recurrir a los tradicionales bancos o, lo que es lo mismo, hace referencia a la modalidad en la que los prestamistas no tienen la consideración de entidad de crédito.
Este tipo de servicios son prestados por instituciones financieras privadas o por individuos a título personal y se caracterizan por tener un perfil menos conservador a la hora de invertir en negocios innovadores, más arriesgados o alejados de lo convencional, frente a los requerimientos, por lo general más férreos, que establecen los bancos.
La financiación alternativa, en el contexto actual, ya es una opción a la que recurren muchas PYMES, ya sea como fuente única o para lograr una mayor diversificación de las fuentes de financiación. No hay sólo una forma de conseguir financiarse sin recurrir a una entidad de crédito, sino que son varias las vías más utilizadas para percibir el líquido necesario para poner en marcha una empresa, servicio o producto.
Seis vías de financiación alternativa
- Comunidades autofinanciadas o CAF: Consiste en la creación de grupos de individuos que aportan cierta cantidad a una hucha común, ganándose así el acceso a esta en forma de préstamos, atendiendo a una proporción establecida entre lo aportado y lo demandado.
- Crowdfunding: Las vías ‘crowd’ (de ‘colectivo, en español) o de micromecenazgo son una de las más conocidas. Esta modalidad apela a muchos individuos para que aporten su capital a cambio de unas contraprestaciones o recompensas, que se repartirán cuando el proyecto se lleve a cabo. Suelen buscarse inversores (que pueden ser muchos, incluso miles, aportando poco dinero cada uno) mediante plataformas online, que exigen que el dinero aportado a la causa se devuelva si el proyecto no reúne lo suficiente para llevarse a la realidad.
- Crowdinvesting: En este caso, varios inversores compran participaciones de una empresa para así participar de sus rendimientos. De este modo, el beneficio que saque el inversor de esta transacción dependerá del éxito de la empresa. En este caso, también existen plataformas online que ponen en contacto a los inversoras y a los negocios interesados en este tipo de financiación.
- Crowdlending: Se diferencia del Crowdinvesting en que los inversores no compran una participación de la empresa, sino que prestan su dinero, de modo que el emprendedor mantiene su independencia. Eso sí, el prestatario debe hacer partícipe a la comunidad inversora de sus resultados anuales y sus cuentas.
- Business Angel: Es una figura particular, normalmente bien establecida en el círculo empresarial, que decide ‘apadrinar’ un proyecto con su dinero (y en ocasiones, también sus consejos) con la intención de rentabilizarlo en el futuro.
- Invoice Discounting: Es una solución similar al ‘Factoring’ para las empresas que necesitan liquidez mientras sus clientes (particulares, otras empresas o administraciones) no efectúan sus pagos. De esta forma, se ‘venden’ pagarés para así disponer del dinero de forma rápida.
Por último, y aunque es una de las fuentes de financiación más antiguas y tradicionales, recurrir a los amigos, familiares y conocidos sigue siendo una manera de financiarse sin recurrir a los bancos.
Cuenta con la ventaja de que las condiciones son completamente negociables con la persona que presta el dinero, algo que en muchas ocasiones se hace sin necesidad de un acuerdo firmado. En contrapartida, esta modalidad de financiación entraña un riesgo nada desdeñable de deteriorar las relaciones personales si el negocio no va bien.