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Riesgos de la Inteligencia Artificial para la privacidad
Con el avance en los sistemas de inteligencia artificial, han surgido una serie de cuestiones alrededor de la privacidad e IA cuyas respuestas están aún por tomar forma.
A medida que las cantidades de datos generadas y compartidas en el ecosistema digital crecen exponencialmente debido al desarrollo de la Inteligencia artificial, también lo hace la preocupación de ciudadanos y expertos sobre cómo garantizar la privacidad de datos con la IA. Lo analizamos.
¿Cómo afecta la inteligencia artificial a la privacidad?
Con la IA capacitada para activar un impulso económico de alrededor de 2.6 billones de dólares americanos gracias a las mejoras en productividad, el interés por esta tecnología y su implantación está avanzando a pasos de gigante. No obstante, el hecho de que esta tecnología se base en el manejo de grandes cantidades de datos supone que surjan preocupaciones sobre cómo conjugar inteligencia artificial y privacidad.
En cierto modo, se trata de un problema de escala. Hasta ahora, el propio uso de internet ya había puesto sobre la mesa cuestiones sobre privacidad vinculadas a la recopilación de datos. No obstante, la llegada de los sistemas de IA ha ampliado estos procesos de recopilación y, sobre todo, ha expuesto de forma patente el desconocimiento sobre cómo se utilizan los datos recogidos.
Riesgos para la inteligencia artificial y privacidad
Recopilación masiva de datos personales
Para su funcionamiento, la IA se basa en el entrenamiento gracias a grandes cantidades de datos, incluyendo información que puede resultar sensible (datos personales, de comportamiento en línea o de historial de navegación). En este sentido, preocupa que la mayoría de los usuarios no sean conscientes de la cantidad de información que se recopila sobre ellos ni de cómo se utiliza.
Sesgos algorítmicos y discriminación
Los sistemas de IA actuales son capaces de analizar y activar los datos con que han sido entrenados. De este modo, si el set de datos de entrenamiento contiene sesgos, también lo tendrán los resultados proporcionados por el sistema.
Este es quizás uno de los riesgos de privacidad e IA más acuciantes en terrenos como la aplicación de la inteligencia artificial en Justicia, pero se ha hablado igualmente de cómo también extenderse a otros sectores, como la educación, la sanidad o los procesos de contratación en las empresas.
Falta de transparencia
La transparencia en los datos se refiere a la práctica de hacer que las políticas de recopilación y uso de datos sean no solo accesibles, sino comprensibles y queden a disposición de quienes tengan un interés legítimo por ellos. Por el alto volumen de datos, esto es particularmente importante en las empresas desarrolladoras de IA o que utilizan este tipo de tecnología.
En este sentido, la falta de transparencia hace que surjan preocupaciones alrededor de los posibles abusos o usos indebidos de los datos, ya que los usuarios pueden llegar a no comprender qué información se está capturando y con quién se comparte.
Monitorización y vigilancia
Quizás una de las preocupaciones más urgentes respecto a inteligencia artificial y privacidad es la capacidad de estos sistemas de correlacionar datos y utilizarla para realizar un seguimiento de las actividades de los individuos. Si bien esta capacidad está detrás de muchos de los avances de la IA (por ejemplo, está detrás de los contenidos personalizados en plataformas de streaming), preocupa su empleo con fines maliciosos.
Legislación de inteligencia artificial y privacidad
La ley de Inteligencia Artificial en Europa ve la luz el 9 de diciembre de 2023 con el objetivo de que los sistemas de IA “sean seguros y respeten los derechos fundamentales y los valores de la UE”. Se trata de la propuesta legislativa más ambiciosa hasta la fecha a nivel mundial y trata de recoger algunas de las preocupaciones alrededor de este tipo de tecnología.
En lo que se refiere a las cuestiones alrededor de privacidad e IA específicamente, la ley hace referencia a que los sistemas de IA deben ser “(...) transparentes, trazables, no discriminatorios (...)”, y establece el requisito de que los sistemas de IA sean supervisados por personas. Para ello, regula algunas prácticas y establece una serie de obligaciones relativas a los asuntos que acabamos de describir. Por ejemplo, determina la obligación de informar sobre los datos de entrenamiento con que se ha desarrollado la tecnología.
Igualmente, otras prácticas quedan prohibidas, incluidos los sistemas biométricos masivos basados en características sensibles (creencias políticas, religiosas, de raza u orientación sexual), las prácticas de puntuación social en base a comportamientos o características personales o la manipulación del comportamiento humano y explotación de vulnerabilidades.
¿Qué hacer para proteger los datos personales?
Normativas como el Reglamento General de Protección de Datos y la Ley de Inteligencia Artificial de la UE ya han abordado el tema. No obstante, el avance imparable de la IA parece a menudo adelantarse a los esfuerzos legislativos. En este contexto, se impone un compromiso que abarque no solo la legalidad, sino también la responsabilidad corporativa y de los ciudadanos para la implementación de medidas robustas que aúnen ciberseguridad, privacidad e IA.
La experta en privacidad y políticas de datos Jennifer King ha abogado en una publicación recogida por la Universidad de Stanford por otorgar a los ciudadanos un mayor control sobre la recopilación y uso de sus datos. Para ello, insiste en la necesidad de hallar una solución colectiva a través de intermediarios de datos, expertos en IA y privacidad capaces de negociar y hallar soluciones que protejan la privacidad de los consumidores.
A medida que llegan y se implementan protocolos efectivos, queda igualmente apelar a un uso responsable de los datos por parte de ciudadanos y de empresas. En este sentido, la responsabilidad de las organizaciones es la de llevar un paso más allá sus obligaciones en lo que se refiere a privacidad e IA. Para ello, son precisas políticas en las que se aborde la complejidad del asunto de forma exhaustiva y se pongan las medidas necesarias para garantizar la privacidad de los ciudadanos, reconocida como parte de los derechos humanos fundamentales.
Desde BeeDIGITAL IA, caminamos paso a paso junto a pymes y autónomos para democratizar el acceso a las herramientas de IA más avanzadas. Todo ello de acuerdo a la legalidad y teniendo en cuenta los estándares éticos que permitan conjugar inteligencia artificial y privacidad. Descubre cómo podemos ayudarte.
Fuentes:
- The economic potential of generative AI: The next productivity frontier, McKinsey, 2023, https://www.mckinsey.com/capabilities/mckinsey-digital/our-insights/the-economic-potential-of-generative-ai-the-next-productivity-frontier
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