Plan de marketing de una empresa: tu hoja de ruta

Para que una empresa funcione correctamente hay que tener un plan de marketing elaborado, por mínimo que este sea. Cada vez son más las empresas que se conciencian de la importancia de contar con una estrategia de marketing pensada y estudiada, ya que se han dado cuenta de que, gracias a ella, su crecimiento es mucho mayor y su consecución de objetivos más fácil.

 

Para crear un plan de empresa lo mejor es contar con la ayuda de un profesional que te ayude a planificar y llevar a cabo la estrategia. No obstante, si quieres estar al tanto de lo que hace el personal de marketing o quieres ejecutar tu propio plan de marketing, tienes que saber elaborar e interpretar una hoja de ruta.

 

Tu hoja de ruta, el inicio de todo plan de marketing

Una hoja de ruta es como un mapa que indica el camino que debes seguir en tu estrategia. En tu hoja de ruta tienes que planear la estrategia de marketing desde el inicio hasta el final, es decir, desde el análisis previo hasta la presentación de un presupuesto.

 

Tener una hoja de ruta es una manera de asegurar que el plan de marketing de una empresa va a resultar realmente viable y que va a ser factible llevarlo a cabo. Todo plan de marketing debe cimentarse sobre un buen análisis previo, debe seguir unos objetivos y, cómo no, estar presupuestado. La hoja de ruta garantiza que no se olvida ninguna etapa y que se deja constancia, de manera esquematizada, de todas las decisiones que se van tomando.

 

¿Qué debe contener tu plan de marketing?

Ya hemos comentado en qué consiste un plan de marketing, pero ahora es el momento de hablar de las etapas que tendrás que fijar en tu hoja de ruta para llevar a buen término la estrategia de marketing concebida.

 

Etapa 1: Análisis previo

Antes de empezar a planear qué estrategias vas a seguir y cómo vas a ponerlas en práctica, tienes que hacer un análisis previo, tanto de tu empresa como del entorno. Para evaluar la parte que corresponde a tu empresa, lo más recomendable es hacer un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). En cuanto al entorno tendrás que analizar bien el público al que te diriges (hábitos de consumo, necesidades, nivel de renta...) y también tendrás que analizar la competencia de tu sector (tipo de empresa, nivel de precios, políticas de empleo, publicidad y marketing…). Todo esto te ayudará a tomar mejores decisiones en etapas posteriores.

 

Etapa 2: Fijación de objetivos

¿Qué quieres conseguir con la empresa? Ese sería uno de los primeros (por no decir el primero) de los objetivos que tendrías que plasmar en el plan de marketing de cualquier empresa. Piensa bien todos los objetivos que tienes en mente porque esta decisión te marcará el camino de la estrategia que debes seguir y será tu referencia para evaluar los resultados obtenidos.

 

Etapa 3: Las estrategias

Llegados a este punto, es el momento de pensar cómo vas a conseguir todo lo que te has propuesto en el punto anterior. Aquí podrás anotar ideas que poner en marcha como, por ejemplo, crear una estrategia de generación de contenidos de interés, tener presencia en redes sociales, hacer mailings…

 

Etapa 4: Plan de acción

Ahora es el momento de actuar. En este caso lo ideal es establecer un calendario en el que anotes todas las acciones que se van a llevar a cabo y las fechas para hacerlo. Así llevarás un control de todo lo que se hace y de lo que queda por hacer. Es posible que para desarrollar alguna de las acciones propuestas tengas que contar con la ayuda de profesionales para sacarles el máximo partido.

 

Etapa 5: Presupuesto

Cuando tengas claro todo lo que vas a hacer, es hora de presupuestarlo y dejarlo escrito sobre el papel. Así podrás tener una referencia para años posteriores y saber si la inversión realizada es rentable.

 

Etapa 6: Resultados

Pese a que este paso es el último, debe estar contemplado en todo plan de marketing. Es importante llevarlo a cabo, ya que gracias a la comparación y el estudio de los resultados podrás averiguar si la estrategia seguida va por el buen camino y cumple los objetivos previstos o si, por el contrario, tienes que replantearte las acciones que se van a realizar.