Embarazo y trabajo: correcta actuación en el entorno laboral

Uno de los temas que más preocupan a las madres es la salud y el bienestar de su feto, mientras continúan desempeñando sus funciones y cometidos laborales habituales durante el periodo de gestación. Por normativa legal, la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) y la vigilancia de la salud se han impuesto sobre cualquier otro asunto del entorno laboral, con independencia de las características y circunstancias concretas de cada uno de los trabajadores.

El embarazo se presenta como una circunstancia excepcional para la mujer, por lo que resulta necesario el aumento de las medidas de seguridad y protección para la madre y el futuro hijo. Mejorar las condiciones laborales, evitando cualquier tipo de problema e imprevisto, es una tarea que se debe llevar a cabo de manera inmediata.

A continuación, desarrollamos cuáles son los principales factores de riesgo para una mujer embarazada que se encuentre en su puesto de trabajo y cómo se debe actuar a la hora de prevenir circunstancias que pueden resultar muy peligrosas.

Factores psicosociales

En este apartado se incluyen todas aquellas circunstancias y situaciones que obstaculizan el desarrollo normal de un embarazo. Entre los más destacados podemos encontrar:

• Jornadas laborales con turnos de trabajo irregulares que provoquen alteraciones en los periodos de descanso de la madre.
• Exceso de desplazamientos. Un movimiento excesivo afecta al desarrollo del feto. Además, es esencial que se evite la conducción en coche y la abundancia de viajes por el riesgo que implican los desplazamientos por carretera.
• Excesivo volumen de trabajo, con rápidos ritmos a la hora de realizar las entregas de proyecto, sobrecarga de tareas y prolongación de los horarios marcados.

Factores físicos

En este grupo hay que tener en cuenta las actividades que puedan ocasionar lesiones sobre el propio feto o provocar un desprendimiento de la placenta. Son las siguientes:

• Manipulación manual de cargas pesadas.
• Choques, vibraciones o movimientos bruscos.
• Ruido y radiaciones.
• Temperaturas extremas, exceso de frío o calor.
• Movimientos y posturas, tanto en el interior como en el exterior del lugar de trabajo, que ocasionen fatiga física y mental.

Factores químicos y biológicos

Estos factores son los que se originan por la exposición o manipulación de determinados productos químicos o por el establecimiento de diversas condiciones de trabajo que puedan llegar a poner en riesgo la salud del feto y de la madre.

En todos los productos químicos aparecen una serie de códigos que advierten de los efectos que puede causar su errónea manipulación. El contacto con los productos que están etiquetados con las letras R61, R40 y R46 están totalmente desaconsejado durante el embarazo, y los que aparecen clasificados con R40 y R63, sí pueden ser tratados, aunque con óptimos y eficaces medios de barrera.

¿Cómo se debe actuar durante el embarazo?

En primer lugar, la madre debe comunicar su embarazo a la empresa, para que esta pueda tomar todas las medidas oportunas y decisiones necesarias que aumenten la prevención de todos los riesgos para el feto y posterior periodo de lactancia.

Los servicios de prevención y los profesionales de las Mutuas serán los encargados de verificar las características de cada puesto de trabajo particular, llevando a cabo un análisis detallado del mismo y valorando las medidas que se deberán aplicar para que el embarazo no se vea alterado por ninguna circunstancia laboral. En caso de que estas medidas no se cumplan, la primera decisión será la suspensión de todas las tareas laborales.

Por último, aparte de todos los factores detallados anteriormente, es necesario que cada caso de embarazo se analice de manera individual, ya que pueden existir afecciones concretas y riesgos particulares derivados de una actividad profesional concreta que no se encuentre incluida en las clasificaciones generales.